martes, 5 de marzo de 2024

21° MEDITACIÓN DE CUARESMA

MARTES DE LA III SEMANA DE CUARESMA

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

MARTES DE LA III SEMANA DE CUARESMA 

ES LLEVADO CRISTO A PILATOS 

1.- En amaneciendo, pues, juntaron concilio los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos del pueblo contra Jesús, para entregarle a la muerte (1). Este es el tercer concilio, peor que los primeros. En el primero no convinieron todos: en el segundo se dudó: en éste convienen todos en una sentencia de muerte. Así por sus grados suben las maldades. Tú guárdate de la primera, así no llegaras a la segunda. Con los impíos consiente el que entra con ellos en consejo. El que consulta a sus pasiones, asiente fácilmente a lo que le dictan, aunque sea contra Jesús. De mañana se hace este consejo. Los hijos de las tinieblas confunden a los hijos de la luz, que velan menos para conservar a Jesús, que aquellos para perderle. Tú toma muy de mañana consejo con tus potencias, para ver cómo has de servir a Jesús, o cómo has de acabar con tus pasiones, que son las que te le hacen perder. 

2.- Y levantándose toda aquella multitud le llevaron a Pilatos (2). Poco o nada durmió aquella turba, que gastó toda aquella noche en irrisiones contra Cristo. Mas por el odio que le tenía, y deseo de complacer a los príncipes, lleva con gusto la incomodidad de estar en vela. ¿Tienes tu acaso tanta prontitud de servir y agradar a Cristo? Levántase toda la multitud. ¿Cómo tú, cuando todos se levantan de mañana y ponen a las puertas de la Sabiduría eterna, te entregas a un sueño nada necesario? De mañana sale Cristo a su obra que el Padre le impuso: sal tú también a la tuya. 

3.- Y ellos no entraron en el pretorio, por no contaminarse (3). ¡Oh malvada religión! Guías ciegas, que cuelan un mosquito y se tragan un camello (4). Más cuidan de la pureza legal y externa, que de la interior: como que era gran delito entrar en el pretorio de un gentil, que prohibía la ley; y no fuese maldad alguna procurar a Cristo la muerte. Sobre lo cual dice Ruperto: Os guardáis de contaminaros exteriormente, entrando en el pretorio, ¿y no teméis mancharos horriblemente en lo interior, procurando un homicidio? Tal es el cristiano que solo procura parecer bueno en lo exterior, y no serlo en realidad. ¿Qué hará cuando empezare Dios a escudriñarlo? (5) 

(1) Matth., 27.  (2) Luc.,23.  (3) Joan.,18.  (4) Matth.,23.  (5) Eccli.,2. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

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