martes, 11 de abril de 2017

XI ESTACIÓN. JESÚS ES CRUCIFICADO

XI – ESTACIÓN: Jesús es crucificado Te adoramos Cristo y te bendecimos porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo 
Uno de los malhechores colgados le insultaba: ¿no eres tú el Cristo?, pues sálvate a ti y a nosotros. Pero el otro le respondió diciendo: ¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio éste nada malo ha hecho. Y decía: Jesús, acuérdate de mi cuando entres en tu Reino. Jesús le dijo: Yo te aseguro, hoy estarás conmigo en el Paraíso (Lc 23, 39-43) 
A derecha e izquierda de Jesús hay dos malhechores, probablemente dos homicidas. Aquellos dos malhechores hablaron al corazón de cada hombre porque indican dos modos diferentes de estar en la cruz; el primero maldice a Dios, el segundo reconoce a Dios en aquella cruz. El primer malhechor propone la solución más cómoda para todos, propone una salvación humana y mira hacia abajo. La salvación para él significa escapar de la cruz y eliminar el sufrimiento. El segundo malhechor, por lo contrario propone una salvación divina y tiene la mirada vuelta hacia el cielo. La salvación para él significa aceptar la voluntad de Dios aún en las peores condiciones. El triunfo del amor y del perdón. 
De los escritos del padre Pío: 
Alzad siempre vuestra cruz al cielo también en aquel momento, en el cual la desolación toma vuestro espíritu; gritad fuerte con la paciencia de Job, el cual puesto por el Señor en el estado en que vosotros estáis al presente, gritaba al Señor: “Aunque tú me mates, o Señor, en ti espero”  (Ep II, lett 55,p 361) 

Dame, oh crucificado por amor, aquel tu perdón que olvida y aquella tu Misericordia que recrea. Hazme experimentar, en cada Confesión, la gracia que me ha creado a tu imagen y semejanza y que me recrea cada vez que yo pongo mi vida, con toda su miseria, en las manos piadosas del Padre. Que tu perdón resuene para mi como certeza del amor que me salva, me hace nuevo y me hace estar contigo para siempre. Entonces yo seré un criminal indultado y todo perdón suyo será como una prueba del paraiso desde hoy.
Por los enfermos, especialmente los terminales de todo el mundo.
Padre Nuestro 

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