martes, 11 de abril de 2017

IX ESTACIÓN. JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

IX –ESTACIÓN: Jesús cae por tercera vez 
Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu Santa Cruz has redimido al mundo 

Él, siendo de condición divina no retuvo el privilegio de ser igual a Dios, sino que se despojó de si mismo tomando la condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres. (Fil 2, 67) 
Jesús cae por tercera vez. El hijo de Dios llega casi hasta al fondo de la condición humana. En esta caída entra aún mas establemente en la historia de la humanidad y acompaña en todo momento a la humanidad sufriente. “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt, 28.20). 
Cuantas veces hombres y mujeres caen a tierra. Cuantas veces los hombres, las mujeres y los niños sufren por una familia rota. Cuantas veces los hombres y las mujeres piensan que no tienen más dignidad porque no tienen trabajo. Cuantas veces los jóvenes están obligados a vivir una vida precaria y pierden la esperanza en el futuro, y por Misericordia de Dios descienden hasta el punto de yacer en el polvo de la calle, polvo bañado con el sudor de Adán y con la sangre de Jesús y de todos los mártires de la historia, polvo bendecido con las lagrimas de tantos hermanos caídos por la violencia y el agotamiento del hombre por el hombre. A este polvo bendecido, ultrajado y violado por el egoísmo humano, el Señor ha reservado su último abrazo.
De los escritos del Padre Pío 
Conservemos siempre una voluntad que no busque a otro sino a Dios y su gloria.  Si nos esforzamos en ir siempre adelante en esta bella virtud  aquel que nos la enseñó se enriquecerá siempre de nueva luz y mayores favores celestes (Ep I, 268, 607) 
Señor Jesús, Postrado sobre esta tierra reseca, mantente cercano a todos los hombres que sufren e infunde en sus corazones la fuerza de levantarse. Te ruego, Dios de la Misericordia, por todos aquellos que están en tierra por tantos motivos: pecados personales, matrimonios fallidos, soledad, pérdida del trabajo, dramas familiares, angustia del futuro. Haz sentir que Tú no estás distante de cada uno de ellos, porque el más cercano a Ti, que eres la Misericordia encarnada, es el hombre que advierte más la necesidad del perdón y continúa esperando contra toda esperanza
Para que en la dificultad los jóvenes encuentren el confort del Maestro 
Padre Nuestro  

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