martes, 11 de abril de 2017

VI ESTACIÓN. VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS

VI- ESTACIÓN: Verónica enjuga el Rostro de Jesús 

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo 
No tenía apariencia ni presencia; le vimos y no tenía aspecto que pudiéramos estimar. Despreciable y desecho de  hombres; varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable y no le tuvimos ninguna estima (Is 53, 2-3) Somos llevados instintivamente a huir del sufrimiento. Cuantos rostros desfigurados por las aflicciones de la vida vienen a nuestro encuentro y con demasiada frecuencia desviamos la mirada hacia otra parte. Como no ver el rostro del Señor en aquellos millones de prófugos, refugiados y dispersos que huyen desesperadamente del horror de la guerra, de las persecuciones y de la dictadura. Por cada uno de ellos con su rostro irrepetible Dios se manifiesta siempre como un socorro. Como Verónica, la mujer sin rostro que enjugó amorosamente el rostro de Jesús. 

De los escritos del Padre Pío 
Nosotros pues somos cristianos, somos doblemente imagen de Dios, por naturaleza, esto es en cuanto estamos dotados de intelecto, de memoria y de voluntad; y por gracia, en cuanto que somos santificados por el bautismo, queda impresa en nuestras almas la imagen bellísima de Dios. 
Si querida mía, la gracia santificante imprime talmente la imagen de Dios en nosotros, que nos volvemos casi también nosotros un Dios por participación, y para servirme de la bellísima expresión de San Pedro “Seamos hechos participes de la naturaleza divina “(Ep II. Let 33, pp 233-234) 

“Tu rostro; Señor, yo busco!” Ayúdame a encontrarlo en los hermanos que recorren la calle del dolor y la humillación. Haz que yo sepa enjugar las lágrimas y la sangre de los vencidos de todo tiempo, de cuantos la sociedad rica y despreocupada descarte sin escrúpulo. Haz que detrás de cada rostro, también aquel del hombre más abandonado, yo pueda encontrar tu rostro de belleza infinita.(cfr Sal 27.8) 

Por los que trabajan acogiendo y asistiendo al prójimo 

Ave Maria 

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