VISITAS A JESÚS SACRAMENTADO QUE REZABA SAN PÍO

En el nombre del Padre +...
Señor Mío Jesucristo...
¡Viva Jesús Sacramentado, Viva y de todos sea amado!


VISITA A JESÚS SACRAMENTADO DE SAN ALFONSO DE LIGORIO que rezaba Padre Pío:

Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombres estáis día y noche en ese Sacramento, lleno de misericordia y amor, esperando, llamando y acogiendo a cuantos vienen a visitaros; creo que estáis presente en el Santísimo Sacramento del Altar; Os adoro desde el abismo de mi nada, Os doy gracias por todos los beneficios que me habéis hecho, y especialmente por haberos dado todo a mí en ese Sacramento, por haberme concedido por Abogada a María, vuestra Madre santísima y por haberme llamado a visitaros en este lugar santo. Saludo hoy a Vuestro amantísimo Corazón, y es mi intención saludarlo por tres fines: el primero, para daros gracias por tan insigne don; el segundo, para reparar las injurias que habéis recibido de todos vuestros enemigos en este Sacramento, y el tercero, para adoraros desde aquí en esta visita, en todos los lugares de la tierra donde estáis sacramentado con menos culto y más abandono. Jesús mío, Os amo con todo mi corazón. Me arrepiento de haber ofendido tantas veces en mi vida pasada a Vuestra bondad infinita. Propongo mediante Vuestra gracia no ofenderos más adelante; y ahora, miserable como soy, me consagro enteramente a Vos, renuncio a mi voluntad, a mis afectos, a mis deseos, a todo lo que me pertenece, y Os hago de ello donación. En adelante haced de mí y de todas mis cosas cuanto Os plazca. No Os pido ni quiero otra cosa que Vuestro santo amor, la perseverancia final y el perfecto cumplimiento de Vuestra voluntad. Os encomiendo las almas del Purgatorio, y en particular las más devotas del Santísimo Sacramento y de María Santísima. Os encomiendo también todos los pobres pecadores. Por último, oh Salvador amantísimo, uno todos mis afectos a los de Vuestro amantísimo Corazón, y así unidos los ofrezco a Vuestro eterno Padre, pidiéndole en Vuestro Nombre se digne aceptarlos, y oiga mis súplicas por amor Vuestro. 

VISITA A MARÍA SANTÍSIMA DE SAN ALFONSO DE LIGORIO que rezaba Padre Pío:

Inmaculada Virgen y Madre mía, María Santísima, a Vos que sois la Reina del mundo, la Abogada, la Esperanza y el Refugio de los pecadores, recurro en este día yo que soy el más miserable de todos. Os venero, gran Reina, y os agradezco todas las gracias que hasta ahora me habéis hecho, especialmente la de haberme librado del infierno que tantas veces he merecido.
Os amo, Señora amabilísima; y por el amor que os tengo, prometo serviros siempre y hacer todo lo posible para que de los demás seáis también amada.
¡Oh Madre de misericordia! aceptadme por vuestro siervo y acogedme bajo vuestro manto; y ya que sois tan poderosa para con Dios, asistidme en todas las tentaciones, alcanzadme fuerzas para vencerlas hasta la muerte.
Os pido el verdadero amor a Jesucristo y de Vos espero la gracia de una buena muerte. ¡Oh Madre mía! por el amor que tenéis a Dios, os ruego que siempre me ayudéis.
Amparadme, en especial, en mis últimas horas y no me abandonéis hasta que me veáis seguro en el Cielo, donde pueda bendeciros y cantar vuestras misericordias por toda la eternidad. Amén. Así lo espero. Así sea.

Os pido de corazón que seáis, oh Madre mía, mi refugio, amparo y guía en toda tribulación.

Concluir la visita con tres Avemarías diciendo:

1. Oh Virgen Purísima, alcanzadme la pureza contra los escándalos de este mundo lleno de pecados. Avemaría.

2. Oh María pacientísima, alcanzadme paciencia en mis penas y tribulaciones. Avemaría.

3. Oh María amabilísima, alcanzadme gracia para salvar eternamente mi alma. Amén. Avemaría.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE COMULGAR DE SAN PÍO:

Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para que no Te pueda olvidar. Tú sabes que tan fácilmente Te abandono.

Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y necesito de Tu fortaleza, para que no caiga tan frecuentemente.

Quédate conmigo, Señor, porque Tú eres mi vida y sin Ti Yo estoy sin fervor.

Quédate conmigo, Señor, porque Tú eres mi luz y sin Ti yo estoy en la oscuridad.

Quédate conmigo, Señor, para mostrarme Tu voluntad.

Quédate conmigo, Señor, para que pueda escuchar Tu voz y seguirte.

Quédate conmigo, Señor, porque deseo amarte mucho y siempre estar en Tu compañía.

Quédate conmigo, Señor, si Tú deseas que sea fiel a Ti.

Quédate conmigo Señor, pobre como mi alma es, deseo que sea un lugar de consolación para Ti, un nido de amor.

Quédate conmigo, Señor, porque se hace tarde y el día se está terminando, y la vida pasa. La muerte, el juicio y la eternidad se acercan. Es necesario renovar mi fortaleza, para que no pare en el camino y por eso Te necesito.
Se está haciendo tarde y la muerte se aproxima, tengo miedo de la oscuridad, las tentaciones, la aridez, la cruz, los sufrimientos. Oh como Te necesito, mi Jesús, en esta noche de exilio.

Quédate conmigo, esta noche, Jesús, en la vida con todos los peligros, Te necesito.
Déjame reconocerte como lo hicieron tus discípulos en la fracción del pan, para que la Comunión Eucarística sea la luz que dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, el único gozo de mi corazón.

Quédate conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte, quiero permanecer unido contigo, sino por la Comunión, por lo menos por la gracia y el amor.

Quédate conmigo, Señor, porque solamente eres Tú a quien busco, Tu amor, Tu gracia, Tu voluntad, Tu corazón, Tu espíritu, porque Te amo y Te pido no otra recompensa, que amarte más y más.
Con un amor firme Te amaré con todo mi corazón mientras esté aquí en la tierra y continuaré amándote perfectamente durante toda la eternidad. Amén.

ALABANZAS A JESÚS SACRAMENTADO EN REPARACIÓN DE LAS BLASFEMIAS

Bendito sea Dios.

Bendito sea su Santo Nombre.

Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.

Bendito sea el Nombre de Jesús.

Bendito sea su Sacratísimo Corazón.

Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.

Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.

Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.

Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.

Bendita sea su gloriosa Asunción.

Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.

Bendito sea San José, su castísimo Esposo.

Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

ORACIONES DEL ÁNGEL EN FÁTIMA:

¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y Os amo! ¡Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no Os aman!

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo Os adoro profundamente y Os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, Os pido la conversión de los pecadores. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

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