sábado, 10 de mayo de 2025

ORACIÓN POR EL PAPA LEON XIV

ORACIÓN POR EL PAPA

Señor Jesucristo, que quisiste fundar tu Iglesia sobre la Roca de Pedro,

Te pedimos por el Romano Pontífice, el Papa León XIV, para que libre de todo condicionamiento propio o externo, lleve a cabo la misión que Tú le has confiado de confirmar a sus hermanos en la fe.

Hazlo dócil a la acción de tu Espíritu Santo.

Dale la fidelidad, la audacia y la fortaleza para conservar, anunciar y defender íntegramente el sagrado deposito de la fe.

Consérvalo y llénalo de vida, hazlo pastor santo del pueblo de Dios y líbralo de sus enemigos. Amén.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes; y tú, príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Virgen del Rosario de Pompeya, 

¡Oh augusta Reina de las Victorias, oh Virgen soberana del Paraíso!, cuyo nombre poderoso alegra los cielos y hace temblar de terror a los abismos. ¡Oh gloriosa Reina del Santísimo Rosario!, nosotros, los venturosos hijos vuestros, postrados a vuestras plantas, en este día sumamente solemne de la fiesta de vuestros triunfos sobre la tierra de los ídolos y de los demonios, derramamos entre lágrimas los afectos de nuestro corazón, y con la confianza de hijos os manifestamos nuestras necesidades.

Desde ese trono de clemencia donde os sentáis como Reina, te rogamos por la Iglesia de tu Hijo y por el Papa Leon XIV. Volved, ¡oh María!, vuestros ojos misericordiosos a nosotros; a nuestras familias, a nuestra nación, a la Iglesia Católica, al mundo todo, y apiadaos de las penas y amarguras que nos afligen. Mirad, ¡oh Madre!, cuántos peligros para el alma y cuerpo nos rodean; cuántas calamidades y aflicciones nos agobian. Detened el brazo de la justicia de vuestro Hijo ofendido, y con vuestra bondad subyugad el corazón de los pecadores, pues ellos son nuestros hermanos e hijos vuestros, que al dulce Jesús costaron sangre divina y a vuestro sensibilísimo Corazón indecibles dolores. Mostraos hoy para con todos Reina verdadera de paz y de perdón.

Dios te salve, Reina y Madre...

No hay comentarios:

Publicar un comentario