miércoles, 13 de marzo de 2024

29° MEDITACIÓN DE CUARESMA

MIÉRCOLES LA IV SEMANA DE CUARESMA

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DE CUARESMA 

CEDE PILATOS AL FUROR DE LA PLEBE 

1.- Díceles Pilatos: ¿pues qué he de hacer de Jesús? Claman todos: Crucifícale (1). El que con demasía cedió a la turba, ya perdió la dominación. Por la insolencia de la plebe se intimidó el presidente. Con el temor de este se hizo ella más atrevida, de suerte que ya el temía absolver a un inocente, y pedía como por favor conviniese en esto una chusma enfurecida. Compadécete de tu Jesús en tanta ignominia. Aprende a no ceder a la turba de tus apetitos en la más mínima cosa; de otro modo se hará más insolente, y la voluntad débil para lo bueno. Pregúntate a ti: ¿qué haré, pues, de Jesús? y responde: Le sacaré de tantas injurias, impidiendo toda ofensa suya en cuanto pueda. Le amaré cuanto estos le aborrecieron. Le honraré cuánto estos le deshonraron. 

2.- Viendo, pues, que crecía más el tumulto, se lavó las manos diciendo: Limpio quedo, y sin cargo de la sangre de este Justo, vosotros lo veréis (2). Muchas cosas tentó Pilatos para librar a Jesús del furor de la plebe; mas al mismo tiempo en todas se buscó a sí mismo, y por su causa propia atropelló la causa de Cristo. En vano se lava las manos el que manchó el corazón. ¿Y cómo quedará sin cargo de una muerte el que por sosegar un tumulto quitó la vida a un inocente? Aprende 1º, a tener puro el amor de Dios, sin mezclarle con el amor propio. En lo que hicieres por Dios no mires a tus comodidades; de otra suerte vendrás a parar en aquello. 2º. No seas tímido en la causa de Dios contra la turba de las pasiones; de otro modo siempre te dominaran. 3º. No eches a otro la culpa de lo que tú ejecutaste. 

3.- Y respondiendo todo el pueblo dijo: Su sangre: venga sobre nosotros y sobre nuestros hijos (3). ¡Oh sangre divina! ¡Qué despreciada eres, como si jamás alguno hubiera de pedirte! ¡Cómo si no hubieses de clamar al cielo mucho más que la de Abel! Mas ya, ya tienen los judíos la pena que pidieron para sí. Diré yo más suavemente: Su sangre venga sobre mí, con que blanquee mi alma, y sobre mis obras, que uniré siempre a ella y a los méritos de Cristo. 

(1) Matth., 27  (2) Ibid.  (3) Matth., 27. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

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