jueves, 7 de marzo de 2024

23° MEDITACIÓN DE CUARESMA

JUEVES DE LA III SEMANA DE CUARESMA

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

JUEVES DE LA III SEMANA DE CUARESMA 

ES LLEVADO CRISTO A PILATOS 

1.- Salió, pues, Pilatos a ellos a fuera, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? Respondiéronle: Si éste no fuese malhechor no te le entregaríamos (1). Entabla bien el juicio preguntando. Pero por cuanto lidia con una turba, con dificultad podrá salir bien de tal lucha. Lo que toca a Cristo no se ha de tratar con la turba de nuestras aficiones. Nunca les faltaran a estas quejas contra la virtud. Todas las cosas hizo bien, decían antes (2); ahora le llaman malhechor ¡Oh ingratitud! ¿Eres murmurado si obras bien? Mira a la paciencia y humildad de tu Jesús. No vuelvas otro tanto, ni procures que otros digan de ti: Bien lo hizo todo; sino el mismo Dios a su tiempo. La palabra malhechor no dice solo un género de maldad, más todas las comprende. ¿Y tal es el hijo de Dios? ¡Oh injuria inaudita! Adora su inocencia. Alégrate si es reprobado el bien que hicieres. Así con más piedad imitarás a Cristo. 

2. Díjoles, pues, Pilatos: Tomadle allá vosotros, y juzgadle según vuestra ley (3). ¡Qué maldad es está dejar al acusado al antojo y voluntad de sus acusadores y enemigos! ¡Qué desprecio tan grande de Cristo es éste, como si Él fuese tal, que nadie se digne de juzgar su causa! Compadécete de Jesús despreciado. Dijéronle entonces los judíos: A nosotros no nos es lícito dar a alguno la muerte, Y con todo eso ya le, matáis con el odio y con la lengua, con que pedís que su muerte se lleve a debida ejecución. ¡Qué santidad es esta vuestra! Dios no puede ser burlado. Ve lo oculto del corazón, aunque no se manifieste en la obra. Diré siempre que la pasión me incite a hacer algo injurioso contra Dios: No me es lícito a mí dar a Jesús la muerte: amárele, sí, le reverenciaré. 

3. Comenzaron, pues a acusarle, diciendo: 1º. A esté hemos encontrado pervirtiendo y amotinando a nuestra gente (4). El vino a levantarnos del lodo: Él curó los leprosos, sanó los enfermos, enseñó a obedecer a los superiores. ¿Esto es pervertir y amotinar, o enseñar y tener paz? 2º. Prohibiendo pagar el tributo al César. Él que claramente había mandado: Dar al César lo que era del César. 3º. Diciendo que Él era rey. Él, que huyó para que por tal no le levantasen. Repara que delitos tan falsos se proponen. Óyelos Cristo, no los interrumpe, no los excusa, no echa en cara su ingratitud y falsedad a la malvada turba. ¿Háceslo tú así con quien te acumula o descubre algún defecto? ¿Te portas acaso así con un buen superior que te amonesta? Date a Jesús para que te vuelva a Sí. Dale tu corazón por tributo. Adórale y venérale por tu rey. 

(1) Joan., 18.  (2) Marc., 7.  (3) Joan., 18.  (4) Luc., 23. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

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