miércoles, 4 de octubre de 2023

2 NOVENA A LA VIRGEN DEL PILAR

DÍA SEGUNDO :

Canto: Bendita y alabada sea la hora, en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. Por siempre sea bendita y alabada.

+ En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo, Amen.

Director: Venid y honremos a la Santísima Virgen del Pilar

Todos: Ella es virgen Santa, luz hermosa, claro día, Ella se dignó visitar nuestra patria.

D: Cantemos himnos de honor y de alabanza

T: Ella es la gloria de nuestra raza, la alegría de nuestro pueblo, la esperanza del mundo.

D: Honremos su Pilar, faro resplandeciente, rico presente de amor.

T: Su pilar nos preside de día y de noche. En él tenemos puesta nuestra fortaleza y nuestra confianza.

D: Veneremos su santo nombre, el nombre glorioso del Pilar.

T: Ella escogió esta tierra y la santificó para vivir en ella siempre con nosotros.

D: Gloria al Padre...

T: Como era en el principio...

Rezo del Santo Rosario o la lectura propuesta para este día. Canto del Himno y petición personal.

Pueden hacerse las Preces y Oración que se propone cada día, o terminar con las siguientes aclamaciones y Oración del Pilar.


ACLAMACIONES:

D: Tenemos por guía la Columna que nunca faltó delante del pueblo.

T: Ni de día ni de noche.

D: Invocaban al Señor y Él los oía.

T: Desde la Columna de nube hablaba con ellos.

D: Me pondrá en el alto sobre una piedra y luego levantara mi cabeza sobre mis enemigos.

T: Yo estaré allí delante de Ti sobre la Piedra.

D: Corona De Oro sobre su cabeza, adornada con sello de Santidad.

T: Ornamento de gloria, obra primorosa qué cautiva las miradas.

D: Labraste con esmero un monumento en lugar elevado.

T: Una mansión para Ti en la roca.

ORACIÓN DEL PILAR:

D: Ruega por nosotros santa María del Pilar.

T: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oremos, Dios todopoderoso y eterno, que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido una amparo celestial a cuántos la invocan con la secular advocación del Pilar, concédenos, por su intercesión, Fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Canto (himno)

LECTURA PARA EL DIA SEGUNDO:

Os pido que atendáis a lo que dijo Cristo, el Señor, extendiendo la mano sobre sus discípulos: Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre, que me ha enviado, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre. ¿Por ventura no cumplió la voluntad del Padre la Virgen María, ella, que dio fe al mensaje divino, que concibió por su fe, que fue elegida para que ella naciera entre los hombres el que había de ser nuestra salvación, que fue creada por Cristo antes que Cristo fuera creado en ella?

Ciertamente, cumplió santa María, con toda perfección, la voluntad del Padre, y, por esto, es más importante su condición de discípula de Cristo que la de madre de Cristo, es más dichosa por ser discípula de Cristo que por ser madre de Cristo. Por esto, María fue bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llevó en su seno.

Mira si no es tal como digo. Pasando el Señor, seguido de las multitudes y realizando milagros, dijo una mujer: Dichoso el vientre que te llevó. Y el Señor, para enseñarnos que no hay que buscar la felicidad en las realidades de orden material, ¿qué es lo que respondió?: Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen. De ahí que María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo. Cristo es la verdad, Cristo tuvo un cuerpo; en la mente de María estuvo Cristo, la verdad; en su seno estuvo Cristo hecho carne, un cuerpo. Y es más importante lo que está en la mente que lo que lleva en el seno.

María fue santa, María fue dichosa, pero más importante es la Iglesia que la misma Virgen María. ¿En qué sentido? En cuanto que María es parte de la Iglesia, un miembro santo, un miembro excelente, un miembro supereminente, pero un miembro de la totalidad del cuerpo. Ella es parte de la totalidad del cuerpo, y el cuerpo entero es más que uno de sus miembros. La cabeza de este cuerpo es el Señor, y el Cristo total lo constituyen la cabeza y el cuerpo. ¿Qué más diremos? Tenemos, en el cuerpo de la Iglesia, una cabeza divina, tenemos al mismo Dios por cabeza.

(De los sermones de san Agustín, obispo)

PRECES:
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:

Que tu Santa Madre, Señor, interceda por nosotros.

Salvador del mundo, tú que con la eficacia de tu redención preservaste a tu Madre de toda mancha de pecado,
líbranos también a nosotros de toda culpa.

Redentor nuestro, tú que hiciste de la inmaculada Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo,
haz también de nosotros templos de tu Espíritu.

Palabra eterna del Padre, que enseñaste a María a escoger la parte mejor,
ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento que perdura hasta la vida eterna.

Rey de reyes, que elevaste contigo a tu Madre en cuerpo y alma al cielo,
haz que aspiremos siempre a los bienes celestiales.

Señor del cielo y de la tierra, que has colocado a tu derecha a María reina,
danos el gozo de tener parte en su gloria.

ORACIÓN : 
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de Santa María, la Virgen, concédenos las alegrías del Cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.




No hay comentarios:

Publicar un comentario