viernes, 30 de agosto de 2024

NOVENA A LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA



Por la señal de la Santa Cruz+

de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +


Oración Inicial:
Concede, Señor, a tus hijos el don de tu gracia, para que, cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la Maternidad de la Virgen María, consigamos aumentar nuestra paz en la Fiesta de su Nacimiento.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Meditar la lectura bíblica de cada día de la novena.

Oración Final:
Gracias infinitas te damos amada Virgen María, por ser nuestra Madre y por ser nuestra intercesora.
Enséñanos a regocijarnos por tu nacimiento y por todo lo que te ha tocado hacer en el Reino de Dios. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén +

DIA 1.
Lectura Bíblica del primer día:

“Yo haré célebre tu nombre por todas las generaciones; por eso, los pueblos te alabarán eternamente” Salmo 45, 18

La historia de María comienza con sus padres, san Joaquín y santa Ana. A ellos se los menciona en el Protoevangelio de Santiago, un escrito apócrifo del siglo II que la tradición de la Iglesia, la Custodia de Tierra Santa y el Vaticano, usan como referencia. Cuenta el pequeño libro que Joaquín y Ana no podían concebir un hijo. Tan pura fue su oración de súplica, que el Señor los premió con un gran regalo; una bellísima niña a la que llamaron María.

Según la tradición, la Virgen nació en inmediaciones del templo de Jerusalén. Hoy, en ese lugar, se encuentra la Iglesia de santa Ana, donde hay una gruta subterránea como ícono del nacimiento de la Madre de Dios.

Pedir la gracia que se desea alcanzar en esta novena por la Natividad de la Santísima Virgen María...
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final...

DÍA 2.
Lectura bíblica del segundo día:

“¡Escucha, hija mía, mira y presta atención! Él es tu Señor: inclínate ante Él” Salmo 45, 11-12

Nace María. Nace una niña santa. Nada se nota en ella hasta que crece y comienza a hablar, a expresar sus sentimientos, a manifestar su vida interior. A través de sus palabras, se conoce el espíritu que la anima. Se dan cuenta sus padres que esta niña es una criatura especial. Es dulce, fiel, amable, respetuosa con su familia y amiga de todos. Además, como sus padres, ama a Dios sobre todas las cosas. Y Dios, que nos conoce a todos en nuestro interior, la creó tan pura y buena, que la reservó para la misión más importante: ser la Madre del Salvador y de todos los hombres.

Pedir la gracia que se desea alcanzar en esta novena por la Natividad de la Santísima Virgen María...
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final...

DÍA 3.
Lectura bíblica del tercer día:
“Corona de los ancianos son sus nietos, y la gloria de sus hijos son sus padres” Proverbios 17, 6

Joaquín y Ana son dos nombres llenos de grandeza a los ojos de Dios, grandeza que se esconde en la sencillez y la humildad. Dos nombres con un sentido maravilloso y providencial.

Dios escogió a Joaquín y Ana para una obra tan admirable. Grandes tuvieron que ser aquellos dos corazones. Debían criar y educar a la que Dios escogería como Madre de su Hijo. Cuánta dulzura, bondad y hermosura había en aquellas almas. Pues habían sido destinados por Dios para ser los padres de una niña, “la llena de gracia”, “la bendita entre todas las mujeres”. Ella, María: “lugar alto donde habita Dios”.

Pedir la gracia que se desea alcanzar en esta novena por la Natividad de la Santísima Virgen María...
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final...

DÍA 4.
Lectura bíblica del cuarto día:
“Y vestida de brocado, es llevada hasta el rey. Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían” Salmo 45, 15

Cuando María era una niña, sus padres la llevaron al templo de Jerusalén, para ser instruida respecto a la religión y a los deberes para con Dios. María recibió con alegría la perspectiva de dejar la casa paterna para irse a ese lugar austero y solemne, como si en ella, aún niña, palpitara la conciencia de cuál sería su destino. María vivió su infancia en el templo, entre oraciones, metida siempre en Dios. A su lado, todos se sentían a gusto. Su carácter era dulce y dócil, una anticipación de la espléndida joven que aceptaría sobre sí misma la misión que Dios le habría de proponer.

La presentación de María en el templo, expresa esa permanencia exclusiva de Nuestra Señora a Dios. La completa dedicación de su alma y su cuerpo al misterio de la salvación, que es el misterio del acercamiento del Creador a la creatura.

Pedir la gracia que se desea alcanzar en esta novena por la Natividad de la Santísima Virgen María
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final...

DÍA 5.
Lectura bíblica del quinto día:
“Yo te instruiré, te enseñaré el camino que debes seguir, con los ojos puestos en ti, seré tu consejero” Salmo 32, 8

María aprendía letras hebreas. Leía y meditaba con dulzura las divinas Escrituras, las cuales, con su alto y delicado ingenio, y con la luz soberana del cielo que el Señor le infundía, entendía perfectamente. Nunca estaba ociosa. Guardaba silencio; sus palabras era pocas y cuando eran necesarias, su humildad profundísima. La modestia, virginal, y todas las virtudes en su punto y perfección. Atraía los corazones de todos, porque más parecía una niña vestida de cielo, que criada acá en la tierra. Complemento con su formación espiritual, María aprendía los trabajos del hogar: preparación de alimentos, hilar y cuidado de la casa. Y las cualidades propias de las mujeres de su época: respeto, obediencia, ayuda y protección para con sus padres y familia, así como la solidaridad con sus conciudadanos.

Pedir la gracia que se desea alcanzar en esta novena por la Natividad de la Santísima Virgen María...
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final...

DÍA 6.
Lectura bíblica del sexto día:
“Vivan en armonía unos con otros, no quieran sobresalir, póngase a la altura de los más humildes. No presuman de sabios” Romanos 12, 16

Ya desde su infancia, Nuestra Señora nos invita a la humildad, a ese obrar tan solo por servir al prójimo, sin querer lucir, solo por amor. Eso hizo Ella desde que nació. Ninguno de sus contemporáneos se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Solo los ángeles del cielo hicieron fiesta.

En María, su piedad indica una clara pertenencia a Dios, en una intensa relación vivida desde lo más profundo de su corazón. En una permanente amistad con Dios, con una enorme capacidad para dirigirse a Él, con amor y sencillez. La piedad de María llenó su corazón de alegría, de entusiasmo, de generosidad.

Imaginarla una niña, del todo pura y sin pecado original, nos invita a un abandono y confianza en las manos de quién llegaría a ser Nuestra Madre y ser la Madre de Dios.

Pedir la gracia que se desea alcanzar en esta novena por la Natividad de la Santísima Virgen María...

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final...

DÍA 7.
Lectura bíblica del séptimo día:
“No me han elegido ustedes a mí, sino que yo los elegí a ustedes” Juan 15, 16

La Natividad de la Virgen es una excelente oportunidad para reflexionar sobre la propia vocación. Nos recuerda, sobre todo, que Dios nos ha elegido para una labor concreta desde toda la humanidad. Para conocer ese llamado personalísimo que Dios nos hace a cada uno, es indispensable fortalecer la vida interior. Sin oración, sin la fuerza de los sacramentos, será más difícil descubrir la vocación. Como María, nosotros debemos ser conscientes de que Dios quiere de cada uno algo en particular, y Ella nos recuerda que toda la vida es vocación y llamado.

La fiesta de la Natividad de Nuestra Señora es momento adecuado para revisar si estamos poniendo los medios necesarios para atender el llamado de Dios, si de verdad estamos haciendo su voluntad.

Pedir la gracia que se desea alcanzar en esta novena por la Natividad de la Santísima Virgen María...

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final...

DÍA 8.
Lectura bíblica del octavo día:
“La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Cristo” Romanos 10, 17

María es una bellísima hija del Espíritu Santo. Como Madre y modelo de la Iglesia, nos enseña a vivir de la fe, a ser discípulos de Jesús. La fe es una vida que se disfruta, es vivir como creatura, dejando que Dios sea Dios. Vivamos de la fe, como la vivió María desde el momento en que nació y durante toda su vida. Ella se dejó moldear, hacer, fue creatura nueva a los planes y proyectos de Dios. 
Vivió cada día una relación de comunión e intimidad con el Padre, escuchando y acogiendo confiadamente su palabra, obedeciendo y haciendo su voluntad. Contemplando la obra que el Espíritu Santo hacía en Ella, disfrutando de su presencia que lo hace todo nuevo, viviendo en la gratuidad, y expresándose en alabanzas.

Pedir la gracia que se desea alcanzar en esta novena por la Natividad de la Santísima Virgen María...

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final...

DÍA 9.
Lectura bíblica del noveno día:
“Porque la gracia de Dios, que es fuente de salvación para los hombres, se ha manifestado” Tito 2, 11

Celebramos con alegría el nacimiento de María. De ella salió el Sol de Justicia, Cristo, nuestro Dios. 
Así como la aurora anuncia cada amanecer, la llegada de un nuevo día, así el nacimiento de la Madre de Dios es “esperanza y aurora de salvación”.

Desde el primer momento de su concepción, Dios la santificó de manera admirable, “llena de gracia”. Aunque ninguno de sus conciudadanos se diera cuenta, esta niña, todavía pequeña y frágil, era la mujer del primer anuncio de redención futura, la obra maestra de la creación, la más hermosa de sus creaturas, la puerta a través de la cual Dios hace entrada en esta tierra.

Pedir la gracia que se desea alcanzar en esta novena por la Natividad de la Santísima Virgen María...

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final...

miércoles, 1 de mayo de 2024

LA DEVOCIÓN DE PADRE PÍO A SAN JOSÉ



El Padre Pío admiró siempre la altura espiritual de san José. Imitó sus virtudes y recurrió a él en los momentos más difíciles de su vida, obteniendo siempre gracias y favores celestiales.

Él, como san José, aún sin serlo en el orden natural, se sentía padre y era consciente de los derechos y deberes de su paternidad espiritual. Por este motivo, se dirigía con confianza a este santo, para suplicarle por sus hijos e hijas espirituales. «Ruego a san José que, con aquel amor y con la generosidad con que cuidó de Jesús, custodie tu alma, y, como lo defendió de Herodes, así proteja tu alma de un Herodes más feroz: ¡el demonio!». «El patriarca san José cuide de ti con el mismo cuidado que tuvo de Jesús: te asista siempre con su benévolo patrocinio y te libre de la persecución del impío y soberbio Herodes, y no permita jamás que Jesús se aleje de tu corazón».

Y san José correspondió al Padre Pío con una asistencia singular y con visiones extraordinarias. En efecto, el Siervo de Dios, en enero de 1912, confió al padre Agustín de San Marco in Lamis: «Barbazul no se quiere dar por vencido. Se ha disfrazado de casi todas las formas. Hace ya días que viene a visitarme con otros de sus satélites, armados con bastones e instrumentos de hierro, y lo que es peor bajo su propia forma. ¡Quién sabe cuántas veces me ha tirado de la cama arrastrándome por la habitación! Pero, ¡paciencia! Casi siempre están conmigo Jesús, la Mamita, el Angelito, San José y el padre San Francisco» (Epist. I,252).

Al mismo padre Agustín escribe el Padre Pío, el 20 de marzo de 1921: «Ayer, festividad de San José, sólo Dios sabe las dulzuras que experimenté, sobre todo después de la misa, tan intensas que las siento todavía en mí. La cabeza y el corazón me ardían, pero era un fuego que me hacía bien» (Epist. I,265).

El padre Honorato Marcucci, uno de los asistentes del Padre Pío en los últimos años de su existencia terrena, contaba este episodio.

Una tarde del mes anterior al de la muerte del venerado Padre, se encontraba con él en la terraza contigua a la celda n. 1, esperando para acompañarle a la sacristía para la función vespertina. Era un miércoles, día consagrado a san José, y el Padre Pío no se decidía a moverse. De pie ante un cuadro del glorioso Patriarca, apoyado en la pared, el venerado Padre parecía en éxtasis. Pasado un poco de tiempo, el padre Honorato le dijo: Padre, ¿debo esperar todavía?; ¿nos hemos de ir?; vamos con retraso». Pero sus preguntas quedaron sin respuesta. El Padre Pío seguía contemplando al glorioso Patriarca.
Al fin, después de que el padre Honorato le arrastrara del brazo y le repitiera por enésima vez la pregunta, el Padre Pío exclamó: «Mira, mira, ¡qué bello es San José!».

Se dirigieron a la sacristía. En la sala «San Francisco» encontraron al padre sacristán, que les preguntó: «¿Cómo con tanto retraso?».
El padre Honorato respondió: «Hoy el Padre Pío no quería separarse del cuadro de San José».

El Padre Pío no dejaba pasar una sola oportunidad sin invitar a sus hijos espirituales a cultivar una sincera y profunda devoción a san José, fuente siempre rica de enseñanzas, de consuelo y de favores.
Parece escucharse todavía hoy su voz: «Ite ad Joseph! (Gn 41,55). Id a José con confianza absoluta, porque también yo, como santa Teresa de Ávila, “no recuerdo haber pedido cosa alguna a San José, sin haberla obtenido de inmediato”».

(Autor: Padre Gerardo Di Flumeri; traducción del italiano: Hno. Elías Cabodevilla)

sábado, 30 de marzo de 2024

SÁBADO SANTO

SABADO SANTO

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

SÁBADO SANTO 

ES QUITADO CRISTO DE LA CRUZ Y SEPULTADO 

1.- José, que era el también discípulo de Jesús, aunque oculto por miedo de los judíos, entró con osadía a Pilatos, y le pidió el cuerpo de Jesús (1). Uno solo pide el cuerpo de Jesús, estando puesto en la cruz. ¡Qué pocos son los que aman a Jesús crucificado! Antes estaba oculto por temor: ya se declara por discípulo de Jesús, pendiente de un leño. Este es el fruto de la pasión. No creeré que es en ti vacía, si conoces a Dios y le sigues en la confusión y vileza, y esto lo ejecutes con osadía y sin recelar peligro alguno. 

2.- Vino también Nicodemus, trayendo una mixtura, etc. (2). Dos solos, pues, de todos los discípulos de Cristo son los que testifican su afecto a Jesús crucificado. Atrévete tú a ser el tercero. Nota los obsequios que usaron con Cristo. Bajan el cuerpo de la cruz, le embalsaman, le envuelven en una sábana, y siendo unos hombres ilustres, llevan sobre sus hombros el cuerpo de Aquel que fue tenido por tan infame. Mira como sujetan su nobleza a Cristo despreciado, para que Tú al mismo, envilecido por ti, no le niegues tu vileza. Ejercita los mismos oficios en los miembros de Cristo, que son tus prójimos: libra de la cruz a los afligidos con espirituales consuelos: aromatízalos, volviendo por su fama: envuelve en la sábana del silencio sus defectos. 

3.- Y le puso en su sepulcro nuevo, que había cavado en una peña, y revolvió una grande piedra a la puerta del sepulcro (3). Sepultas en tu corazón a Cristo cada vez que le recibes. Sea el sepulcro nuevo en quien no haya entrado jamás ningún otro siniestro afecto: esté en la peña de la inmovilidad y constancia: ciérralo con la piedra de propósitos eficaces: cércalo de las guardas de santos pensamientos. 

(1) Matth.,27; Joan., 19; Marc., 15.  (2) Joan., 19.  (3) Matth., 27.  

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

viernes, 29 de marzo de 2024

VIERNES SANTO

VIERNES SANTO 

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

VIERNES SANTO

CONTEMPLACIÓN DE CRISTO CRUCIFICADO

1.- Oh vosotros todos, los que pasáis por el camino, atended y reparad si hay dolor semejante al mío (1). Considera los tormentos de Cristo: 1º, en el cuerpo: Rompieron mis manos y mis pies, contaron todos mis huesos (2). Desde la planta del pie hasta lo más alto de la cabeza no hay en Él sanidad (3). 2º. En el alma, por el desprecio que hicieron de Él. Fui hecho risa del pueblo, y su canción vulgar todo el día (4). Por la infamia de la cruz en compañía de ladrones, como dijo Isaías (5): Fue reputado uno con los facinerosos. Por la falta de quien se compadeciese de Él y le consolase, como anunciaron los profetas. No hay de todos sus amados ni uno que le consuele. Todos sus amigos le despreciaron y se le convirtieron en enemigos, dijo Jeremías (6) y David (7): Aguardé a quien se contristase conmigo, y no hubo alguno; quien me consolase, y no le hallé. Por la ingratitud de los hombres y corto fruto de su pasión como se quejó por Isaías (8): ¿Qué es lo que debí hacer más por mi viña, y no lo hice? Aguarde a que me diese uvas, y me dio solo agraces; y por David (9): ¿Qué utilidad saco de mi sangre?

2.- ¿Qué quieren decir estas llagas en medio de tus manos (10)? Pregúntale esto a tu Jesús, y oye que te responde: Con estas fui llagado en casa de los que me amaban. Reconoce este infinito amor por lo que dice san Agustín (11): Repara la cabeza inclinada para darte ósculo de paz y de amor, el corazón abierto para amarte, los brazos extendidos para abrazarte, todo el cuerpo puesto patente para redimirte. Considerad que cosas tan grandiosas son estas: pesadlas en la balanza de vuestros corazones: y todo se clave en ellos el que por vosotros se fijó todo en la cruz. Verdaderamente nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros (12). Imagina que a ti se te pregunta aquello: Pedro, ¿tú me amas? Y di con prontitud: Tú, Señor, sabes que te amo.

3.- Por todos murió Cristo, para que los que viven, ya no vivan para sí sino para Aquél que murió por ellos (13). Este fruto has de sacar de la muerte de Cristo: No vivir para ti, ni emplear acción alguna de tu vida en buscar comodidad, gusto ni honra alguna. A ti te le debes todo, y todas tus cosas: No sois vuestros, porque habéis sido comprados con precio grande (14). ¿Qué retornare, pues, al Señor por todas las cosas que me dio? dice san Bernardo (15). En la primera obra me dio a mí mismo, en la segunda a Sí; y cuando se me dio, me volvió a darme a mí mismo a mí. Por dado y vuelto a dar, me lo debo a mí. ¿Qué le daré a Dios por habérseme dado así?

(1) Thren., 1. (2) Ps., 21. (3) Is., 1. (4) Thren., 3. (5) Is., 53. (6) Thren., 1. (7) Ps., 68. (8) Is., 5. (9) Psalm., 29. (10) Zachar., 13. (11) Lib. de Virginitate. (12) Ephes., 5. (13) II Cor., 5. (14) I Cor., 6. (15) Tract. de Dilig. Deo

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

jueves, 28 de marzo de 2024

JUEVES SANTO

JUEVES SANTO 

ORACIÓN PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

JUEVES SANTO 

ES ABIERTO SU COSTADO CON LA LANZA. 

1.- Pero llegando a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas (1). Murió Jesús antes de lo que pensaban los judíos. Tal vez se indignaron por que no podían, como deseaban, ser más crueles con Él. Mas el amor de Dios acelero la muerte para perfeccionar cuanto antes la obra de nuestra redención. ¡Qué feliz serás tú si cuando el demonio o el hombre maligno quieren afligirte, te hallan ya muerto a ti, al mundo, a tus concupiscencias por una sólida abnegación de ti mismo! Este es el modo de conservar la integridad de los huesos, esto es, la solidez de las virtudes. De otra suerte, sin mortificación, no hay virtud sólida. 

2.- Un soldado abrió su costado con una lanza (2). Abierta esta la puerta del amor, manantial de todos los dolores. Repara cuantos dolores causaste a aquel Corazón, con cuantos pecados le envenenaste; y con todo ¡cuánto te amó! ¡Con cuántos caracteres de amor te asentó en el libro de los hijos de Dios! Dio los pies a los pecadores, como la Magdalena (3): las manos a los amigos, como Pedro (4): el Corazón le da a los hijos de Dios, a quienes dice (5): Os llevaré a mis pechos. A vista de esto acuérdate de tu ingratitud y de su amor. Mírale con amor, para que algún día no veas con temor al que enclavaste. 

3.- Y luego salió sangre y agua (6). Remedios oportunos de nuestra salud, cuales son los santos Sacramentos con que fuésemos limpios de los pecados y hermoseados con la gracia. ¿Es esto, por ventura, también pequeña señal de amor? ¡Cuánta es aquella dar por ti hasta la última gota de su sangre! Por precio tan copioso se obra la redención, que parece que el hombre vale lo que vale Dios (7). ¡0h, que liberal es Dios contigo! ¡Qué escaso eres tal con Él, pues, por tanta sangre, ni una lágrima siquiera le das! 

(1) Joan., 19.  (2) Ibid.  (3) Luc., 7.  (4) Act., 3.  (5) Isai., 66. (6) Joan , 19.  (7) Euseb. Gall. Hom. 6, Pasch. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

miércoles, 27 de marzo de 2024

MIÉRCOLES SEMANA SANTA

MIÉRCOLES SEMANA SANTA 

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

MIÉRCOLES SANTO 

DIVERSOS AFECTOS DE VARIOS EN LA MUERTE DE CRISTO 

1.- Viendo, pues, el Centurión, que estaba enfrente, que expirado, clamando así dijo: Verdaderamente que este hombre era Hijo de Dios (1). Del temblor de los elementos nació temor en el Centurión; del temor un pensamiento más alto hacia confesión. ¡Cuántos advirtieron lo mismo, pero se quedaron inmobles! Admirable es Dios en mover los corazones. Tú entre tanto aprende de las cosas que ves obrar en la naturaleza, a levantar tu pensamiento al Autor de todas, a confesarle, a engrandecerle. En la misma vileza de la pasión le confiesa por Dios, reconociendo allí una cosa divina. Cierto es que si hay en ti algo de Dios, ha de sobresalir y probarse en la adversidad, y en especial en la ocasión en que te desprecien. 

2.- Y toda la turba de los que se habían hallado presentes a este espectáculo, y vieron las cosas que se hacían, se volvían hiriendo sus pechos (2). La plebe mostró alguna conmoción del ánimo, no los principales de los sacerdotes. En los soberbios y obstinados, apenas y rara vez suele haber un buen afecto. Pero de toda aquella plebe ninguno le confesó por Dios. 1º. Porque asistían allí como a un espectáculo. ¿De qué proviene que tienes tú tan raro, o solo tibio movimiento sobre la pasión del Señor? Acaso porque la meditas solo como un espectáculo, no como muestra y prueba de la bondad, amor y misericordia. 2º. Se volvían. Haber visto y volverse, ¿que aprovecha? Se ha de perseverar a los pies del Crucificado, y siempre con este objeto se ha de apacentar el ánimo. 

3.- Estaban, pues, todos sus conocidos, de lejos, y las mujeres viendo esto (3). Éstas con tiernas lágrimas lloraban la muerte de Cristo. No apruebo que de lejos. De cerca se ha de morir la muerte de Jesús. Pedro cayó porque le siguió de lejos. No quiera yo apartarme lejos de Jesús. Mas, aunque no estaban cerca, con todo eso allí asistían para que también fuesen vistos. Estaban en pie con constancia: veían por la contemplación: acercábase el alma a donde no podían llegar los cuerpos. Persevera en la que te has de hacer representación continua de la vida y muerte de Cristo. 

(1) Marc., 15.  (2) Luc., 23.  (3) Ibid. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

martes, 26 de marzo de 2024

MARTES SEMANA SANTA

MARTES DE  SEMANA SANTA

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

MARTES SANTO 

LOS PRODIGIOS DE LA MUERTE DE CRISTO 

1.- El velo del templo se rompió en dos partes de arriba abajo (1). Para significar que con la muerte de Cristo estaba rota ya la ley antigua. Obre esto en ti la muerte de Cristo, que la vieja ley, que es la ley de miembros, se rompa y acabe en ti. Jesús muerto es un argumento eficacísimo de que se debe matar el hombre viejo. Se rompió: para que ya lo que era misterioso y santo, no tuviese sombra alguna. Unas razones frívolas son como unos velos con que oscurecemos y encubrimos las cosas divinas. Rómpanse aquellas para que percibas mejor estas. ¿No son por ventura tales las que ordinariamente cegaron la vista interior de tu espíritu? 

2.- La tierra se movió, y las piedras se partieron (2). Señales son estas del dolor que muestra la naturaleza. Avergüéncese el hombre de no dolerse tanto de la muerte de Cristo, cuanto hicieron sentimiento de ella los elementos. Eres tierra. Mucho ha que esto está ya dicho; porque amas la tierra. Murió Dios. Aquí debes conmoverte y sacudir todo lo que tienes de terreno. No puedes condolerte si no amas. Más no puedes amar a Cristo, si fuera de Jesús amas otra cosa. Eres piedra, o por el grave peso de tus pecados, o por la dura obstinación de tu voluntad y juicio. Si la muerte de Cristo te penetra, rómpete por la contrición. 

3.- Y los sepulcros se abrieron (3). En que se muestra que Cristo destruyó nuestra muerte, cuando por Él los muertos son sacados de la jurisdicción de la muerte. Esto mismo obre en ti también la muerte de Cristo. Ábrase y desnúdese del todo el sepulcro de tu conciencia a quien debe abrirse. Ábrase el sepulcro blanqueado de la simulación, para que aparezca lo que eres, no lo que finges. Manifiéstese el sepulcro de las malas costumbres, y arrójalas de ti todas, para que en adelante andes en nueva vida. 

(1) Matth., 27.  (2) Ibid.  (3) Matth., 27. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

lunes, 25 de marzo de 2024

LUNES SEMANA SANTA

LUNES SANTO


ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

LUNES SANTO 

LA SEXTA Y LA SÉPTIMA PALABRA DE CRISTO EN LA CRUZ 

1.- Está todo cumplido (1), lo que el Padre me mandó, lo que Yo me encargué de hacer. Cosa divina es perfeccionar lo comenzado. Poca alabanza es el empezar: la mayor llevar lo empezado a su perfección debida. No el que empieza sino el que bien acaba se lleva el premio. Tú, ¿qué de cosas principias?  ¿Qué pocas llevas al fin? Imita la constancia de tu Dios, para que puedas decir también en la última hora: Esta todo cumplido: lo que Dios me mandó por sus preceptos, lo que admití por sus consejos, lo que las reglas ordenan, lo que amonestó la gracia. ¡Qué feliz serás entonces! Pero ¡qué lejos aún estas de esto! 

2.- Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (2). Pondera las palabras. Padre, que es voz de confianza y amor. Tú no la puedes usar bien, si no vives como hijo amante, reverente y obsequioso. En tus manos, en las que solo hay seguridad y descanso. Para estar en ellas para siempre, arrójate en ellas, mientras vives, por una perfecta resignación de tu voluntad en la divina. Encomiendo mi espíritu, no el cuerpo. Este ya descansa aquí en el lecho de la cruz. Aprende a tener mayor cuidado del espíritu que del cuerpo. Más para que el espíritu pase a las manos de Dios seguramente, mira que el cuerpo debe estar siempre en la cruz. Este sólo es el tránsito seguro; todo otro peligroso 

3.- E inclinada la cabeza entregó su espíritu (3). ¡Oh misterio sublime! Dios muere. No podrás alcanzar esto, si primero no comprendes que es lo que puede el amor. Y por ti muere. Mira, hombre, cuánto vales para con Dios. Con verdad dijo el Apóstol (4): Fuisteis comprados con precio grande, que es la muerte de Cristo. ¿Qué le retornarás por no ser ingrato? Tú, pues, inclinada la cabeza con una verdadera humildad, entrégale tu soberbio espíritu. Inclina tu cabeza por la obediencia hasta que se aparte el espíritu. Inclina tu corazón, para guardar sus justificaciones 

(5). (1) Joan.,19.  (2) Luc., 23.  (3) Joan., 19.  (4) I Cor., 6.  (5) Psalm. 118. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

domingo, 24 de marzo de 2024

DOMINGO RAMOS SEMANA SANTA

DOMINGO DE RAMOS

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

DOMINGO DE RAMOS 

LA CUARTA Y QUINTA PALABRA DE CRISTO 

1.- Cerca de la hora de nona clamó Jesús con grande voz: Dios mío, ¿por qué me desamparaste? (1) San León dice: Esta voz no es queja, sino doctrina, con que nos enseña haber llegado a tal extremo los dolores de Cristo, que no quiso suavizarlos con la interna asistencia de Dios. Y tú cuántos consuelos mendigas no sólo de Dios, mas aún de las criaturas? Cosa grande es, y muy grande, dice Tomás de Kempis (2), poder carecer de consuelo, así humano como divino; y querer por la honra de Dios, sufrir con gusto la desolación del corazón y nada buscarse a sí. 

2.- Para que se cumpliese la Escritura dijo: Sed tengo (3). Sabía que había cumplido ya con todo lo que de Él estaba dicho en la Escritura, y sólo le faltaba este lugar del salmo 68: En mi sed me dieron a beber vinagre. Éste, pues, lo quiso llenar ahora. Repara como atiende Cristo a cumplir el menor ápice de la obediencia. La grande efusión de sangre le causa una sed mortal. Pero mayor era la que tenía de padecer más y más.  Blosio dice (4): Tuvo otra sed, esto es: de más padecer y de mostrarnos así con más evidencia su amor. ¡Oh, si le dieses tu alma con que se la refrigerases! Examina tu amor para con Dios y la salvación de los prójimos. ¿Qué deseas tolerar por ellos? ¿Qué haces? ¿Qué ejemplo les das? Mira si los llevas al bien, o si los incitas al mal. 

3.- Estaba, pues prevenido allí un vaso lleno de vinagre. Ellos llenando de él una esponja poniendo alrededor la yerba del hisopo, se la aplicaron a la boca (5). Con un poco de vinagre e hisopo es refrigerado un Dios sediento y moribundo. Ejemplo tienes de mortificar tu apetito aún en medio de los trabajos. No juzgues tú que se te deben fomentos más deliciosos. En la escuela de Cristo menos se le debe en este mundo al que más trabaja. El siervo de Cristo nunca quiere que se le trate con exenciones y singularidades. Dan a Dios sediento, vinagre los que pasan su mocedad en placeres sensuales y mundanos; pero quieren dar a Dios la vejez, que es como las heces de la vida. El vaso lleno de vinagre son los corazones amargos, llenos de rencor e impaciencia. Desocupa este vaso y llénalo del vino suave de la caridad. 

(1) Matth., 27. (2) Lib. 2, cap. 9. (3) Joan., 19. (4) In Expl. Pas. Cap. 18. (5) Joan.19.  

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

sábado, 23 de marzo de 2024

39° MEDITACIÓN DE CUARESMA

SÁBADO DE LA V SEMANA DE CUARESMA

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

SÁBADO DE LA V SEMANA DE CUARESMA 

LA TERCERA PALABRA A SU MADRE Y A SAN JUAN 

1.- Estaba en pie junto a la cruz de Jesús, su Madre (1). ¡Qué dolor, juzgas, sería el de la Madre santísima, que todo su amor tenia únicamente en su Hijo! De Jesús, dice, que no ignoraba ser Dios y hombre. Cerca, mirándole con sus propios ojos. La cruz: los tormentos y la mayor infamia. Y con todo eso, estaba en pie; y con toda su alma ofrecía al Hijo por la salud del mundo. Leo que está en pie, dice san Ambrosio, no leo que llora. Porque el estar en pie, añade Amadeo (2), en aquella amargura de corazón, es argumento de una gran constancia. Aprende lo 1º, a estar constante en las adversidades: 2º, con entendimiento y con razón: 3º, con una firme voluntad.  Aprende lo 2º, a no amar cosa alguna de las cosas criadas, aún los espirituales consuelos, de tal modo, que, si quiere Dios y es conveniente para tu salvación, estés luego determinado a perderlos. 

2.- Viendo Jesús a su Madre y al Discípulo que estaba en pie, dice a su Madre: Mujer, he ahí a tu Hijo (3). Deja a san Juan en su lugar. Pero, ¡qué comparación hay entre los dos! ¡Qué consuelo puede ser un puro hombre respecto de uno que es Dios! No hay duda que la Santísima Virgen siempre miró a Cristo en San Juan. Aprende tú a reconocer a Cristo en tus prójimos. Así será más firme tu caridad. Más con los superiores en especial será más exacta tu obediencia. Pero, ¿por qué da a Juan a la Madre? 1º. Theofilacto lo atribuye al privilegio de la virginidad. El que era virgen encomendó a la Virgen a un virgen. 2º. Porque él también estuvo constante al pie de la cruz. Tan bueno es, dice el mismo, hacer compañía a Jesús paciente, que eleva a ser hermano suyo. Mira con que cosas puedes ser hermano de Cristo e hijo de la Virgen. Títulos tan hermosos se adquieren con este precio. 

3.- Después dice al Discípulo: Ves ahí a tu Madre (4). San Ambrosio, en la Exhortación a las vírgenes, dice: Llamado de Cristo (san Juan) dejó a su padre. A este se le entrega la Virgen, que desconoce a los suyos. ¡Qué consuelo sería el tuyo si se te diese por madre! Pero podrás tenerla si desconoces por amor de Jesús a los tuyos, y te desnudas de todo afecto carnal para con ellos. Puedes hacerte hermano de Jesús, y por consiguiente hijo de María, si en todo te acomodas a la voluntad de Dios. El que hiciere la voluntad de mi Padre, este es mi hermano (5). Recíbela, pues, por tuya, y di: Muestra que eres madre. Pero en correspondencia muestra tú ser su hijo. 

(1) Joan., 19.  (2) Hom. 5 de Martyr. Virg.  (3) Joan., 19.  (4) Joan., 19.  (5) Matth.12. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

viernes, 22 de marzo de 2024

38° MEDITACIÓN DE CUARESMA

VIERNES DE LA V SEMANA DE CUARESMA

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

VIERNES DE LA V SEMANA DE CUARESMA 

LA PRIMERA Y SEGUNDA PALABRA DE CRISTO EN LA CRUZ 

1.- Jesús, pues, decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen (1). Habla en la causa ajena el que siempre callo en la propia. Y la primera no es de su Madre amantísima, sino la de los que le crucificaban. Pondera de por sí sus palabras. Toma el nombre de Padre, por moverle a piedad, y avisarte que es padre, no solo de los buenos, sino también de los malos; y tú, hermano de todos. A ellos. No entiende sólo los que de presente le crucificaban, sino también los futuros, esto es, todos los pecadores. ¡Qué no esperarás viendo que no eres excluido de su oración! No saben lo que hacen. Excúsalos como puede por su ignorancia; porque en realidad, Todo pecador es ignorante; ni pondera la gravedad del pecado. Si eres ofendido, ¿qué haces tú? Ora por los que de presente te ofenden. Perdónalos. Excúsalos tú también cuanto puedes. 

2.- Señor, acuérdate de mí, cuando llegares a tu reino (2). El buen ladrón reprende a su compañero cuando blasfema, confiesa su pecado, da testimonio de la inocencia de Cristo, cree que Cristo es Dios,  lleno de confianza le hace esta oración: Señor, acuérdate de mí cuando llegares a tu reino. Considera lo 1º ¡Que no puede hacer en un momento la gracia de Dios aceptada! 2º. No pide el ladrón que le libre de la cruz, sino que tenga memoria de él. Harto bien está aquel de quien Dios se digna acordarse. 3º. Dos hay al lado de Cristo o en el paraíso: uno se convierte. ¿Quién no tendrá esperanza? Otro se condena. ¿Quién no temerá aunque esté junto a Jesús?  

3.- De verdad te digo: Hoy estarás conmigo en el paraíso. (3)  ¡Qué benignidad la de Jesús! Concede más de lo que se pide. 1º. Hoy, dice: lo que promete no lo dilata. 2º. Conmigo. ¡Qué consuelo estar con Jesús! ¿Deseas estar con Él en el paraíso? Está con Él primero en la cruz. A grandes premios no se puede llegar, si no por grandes trabajos, dice san Gregorio (4). Si padecieres con Él, con Él reinarás. 

(1) Matth., 27.  (2) Luc., 23.  (3) Ibid.,  (4) Hom. 37 in Ev. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

jueves, 21 de marzo de 2024

37° MEDITACIÓN DE CUARESMA

JUEVES DE LA V SEMANA DE CUARESMA

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

JUEVES DE LA V SEMANA DE CUARESMA 

EL SORTEO DE LAS VESTIDURAS, EL TÍTULO DE LA CRUZ Y LAS BLASFEMIAS 

1.- Era, pues, su túnica no cosida, toda de una pieza tejida de arriba abajo. Dijeron por esto entre sí: No la cortemos, sino echemos suertes sobre ella (1). Dividieron primero el vestido exterior de Cristo en cuatro partes. La interior e inconsútil vestidura se guarda entera. Los vestidos de Cristo son los fieles. Rómpanse los que del todo no están pegados al cuerpo de Cristo. En quién no hay el fundamento del amor de Dios, tampoco hay el amor del prójimo. El que está junto con Dios, está unido con el prójimo por la caridad. ¿Cuántas veces has osado hacer lo que no se atrevieron los judíos, pues rompiste esta vestidura de la caridad cristiana? Di para adelante: No la romperé más.

 2.- Jesús Nazareno, rey de los judíos (2). El mismo título le dan al morir sus enemigos, que le dieron al nacer los tres Magos.  Así se establece más su poder y su imperio. Pero ¡ay! No es conocido por rey de aquellos que quieren que se borre este nombre. Será con todo esto para mí, Jesús y Salvador. Será para mí, Nazareno y florido, y en los tormentos mismos amable. Para mi será rey a quien me consagro, ni admitirá mi alma otro Señor. Para que nunca me baje de la cruz, me enclavaré en ella con Cristo con los clavos del temor, de amor y de la mortificación. 

3.- Le blasfemaban, echándole en cara la impotencia de librarse, la pretendida dignidad de rey, la vana confianza en Dios, y de Él la mentida filiación. Todas estas calumnias cesarían si bajase de la cruz, cómo ellos decían: Baje ahora de la cruz y creeremos en Él (3). Pero en vano. Antes bien no baja de la cruz porque es Hijo de Dios. Es propio de los hijos de Dios perseverar constantemente en la cruz recibida hasta morir, ya por la mortificación continua de sí mismos, ya por la firmeza, mayor cada día, en su vocación, ya por el cumplimiento exacto de las obligaciones del estado en que los ha puesto. Mira como lo observas, para mostrarte hijo de Dios. 

(1) Joan., 19. (2) Ibid. (3) Matth., 27. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica.