DÍA PRIMERO. NOVENA A SAN PÍO DE PIETRELCINA


Día Primero. EL AMOR DEL PADRE PÍO HACIA DIOS

Dios es amor; Dios es un Padre bueno y misericordioso, lento a la cólera y pronto al perdón. “Dios nos ama –decía el padre Pío- y una de las pruebas que nos ama es el hecho de que nos tolera en el momento mismo en que lo ofendemos. Dios es Padre de todos; pero lo es, de modo especialísimo, para los desgraciados y de modo todavía más singular lo es para ti.” El padre Pío escribía a su director espiritual: “Me siento devorado por el amor de Dios. Dios está, para mí, fijo en mi mente e impreso en mi corazón. Nunca lo pierdo de vista; admiro su belleza, sus sonrisas, sus misericordias”. El principal atributo de Dios es la misericordia que perdona y remedia los pecados de sus creaturas. Él es rico en misericordia. Su misericordia brota de su amor desinteresado y gratuito hacia los que no son amables ni merecen ser amados. “Siento cada vez la imperiosa necesidad —decía el Santo— de entregarme con más confianza a la misericordia divina y de poner sólo en Dios toda mi esperanza. Yo no deseo otra cosa que morir o amar a Dios: o la muerte o el amor, pues la vida sin este amor es peor que la muerte.” 

“Recuerda —escribía a una hija espiritual— que el gozne sobre el que gira la perfección es el amor; quien vive del amor, vive en Dios, porque Dios es amor, como dijo el Apóstol.” 

Pídase la gracia que se desea alcanza en esta novena:  Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 

Antífona: San Pío se mantuvo alegre al compartir los padecimientos de Cristo y, ahora que se ha manifestado su gloria, rebosa de gozo. 

V/. Ruega por nosotros Glorioso Padre Pío 

R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.  

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, a quien confiadamente invocamos con el nombre de Padre, intensifica en nosotros el espíritu de hijos adoptivos tuyos, y concédenos por intercesión y ejemplo de san Pío de Pietrelcina, que merezcamos entrar en posesión de la herencia que nos tienes prometida. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén. 

Glorioso Padre Pío de Pietrelcina,  ruega por nosotros. (x3) 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.


 

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