lunes, 2 de mayo de 2022

2 DE MAYO DE 1999 BEATIFICACIÓN SAN PÍO DE PIETRELCINA

El 2 de mayo de 1999, la Plaza de San Pedro y Via della Conciliazione fueron insuficientes para contener el número de devotos que reservaron pase para la solemne Concelebración Eucarística de la Beatificación del Padre Pío de Pietrelcina.

Se organizaron otras dos celebraciones, paralelas a la del Papa, en la Iglesia de Santa Maria delle Grazie en San Giovanni Rotondo y en la Basílica de San Giovanni in Laterano.

El 2 de mayo de 1999, a las 9.30 horas en punto, un largo aplauso saludó la entrada del Papa Juan Pablo II.

Su modo de andar vacilante e inseguro, recordaba tanto al del Padre Pío...

Estaba visiblemente conmovido al ver que la Plaza de San Pedro y Via della Conciliazione estaban llenas,  como nunca se llenaron con él.

Había estado esperando este día durante años y su expresión reveló una emoción indescriptible.

La increíble multitud siguió aplaudiendo.

Juan Pablo II pronunció la fórmula para la beatificación.

Eran las 9:58 am del 2 de mayo de 1999. El Padre Pío fue beatificado.

Los fieles respondieron al unísono: "Amén, Aleluya". Mientras tanto, se levantó la tela que ocultaba el tapiz. En el centro del andamio, para la restauración de la fachada de la basílica, se descubrió la imagen del Beato Pío de Pietrelcina, con sus ojos profundos y serenos, su sonrisa recién esbozada, su expresión bonachona y paternal.

Fue un momento indescriptible. La plaza parecía haberse vuelto loca. Todos exultaban ondeando bufandas, gorros, banderas multicolores.

En las pantallas gigantes, en la plaza, se podían ver escenas similares provenientes de las otras dos celebraciones.

HOMILÍA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II EL DIA DE LA BEATIFICACIÓN:

https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/homilies/1999/documents/hf_jp-ii_hom_02051999_padre-pio.html

Fuente: sangiovannirotondofree.it

domingo, 1 de mayo de 2022

MES DE MARÍA

EJERCICIO DE LAS FLORES. MES DE MAYO.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Acto de contrición:

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas: me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas eternas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Bendita sea Tu pureza,

y eternamente lo sea,

pues todo un Dios se recrea

en tan graciosa belleza,

a Ti, celestial Princesa,

Virgen sagrada María

Te ofrezco desde este día

alma, vida y corazón.

Mírame con compasión,

no me dejes, Madre mía.

Oración

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a Vuestra protección, implorando Vuestra asistencia y reclamando Vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vuestra presencia soberana.

No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas favorablemente. Amén.

Pidamos las gracias que deseemos alcanzar hoy por intercesión de nuestra Madre, María... Y para ello, la saludaremos con las avemarías y las jaculatorias siguientes:

Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acordaos de mí, miserable pecador. Avemaría.

Acueducto de las divinas gracias, concededme un verdadero arrepentimiento de mis pecados. Avemaría.

Reina de cielos y tierra, sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Avemaría.

Inmaculada hija de Joaquín y Ana, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación. Avemaría.

Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte y abridme las puertas del cielo. Avemaría.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración final: ¡Oh, Señora mía! ¡oh, Madre mía! Yo me ofrezco del todo a Vos; y en prueba de mi filial afecto Os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra todo mi ser. Ya que soy todo Vuestro/a, oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión Vuestra. Amén.

Madre, aquí tenéis a vuestro hijo/a. (3 veces)

En Vos, Madre mía dulcísima, he puesto toda mi confianza y nunca jamás seré confundido. Amén.

CONSIDERACIONES PARA CADA DÍA DEL MES:

Día 1 María fue predestinada para ser Madre de Dios. 

Yo he sido creado para salvar mi alma. 
Pensaré hoy un minuto: ¿me salvaré con la vida que actualmente llevo?

Día 2 María fue Inmaculada
Yo estoy lleno de malas inclinaciones.
¿procuro resistir a ellas? ¿soy víctima de alguna pasión?

Día 3 María fue llena de gracia.
¿Estoy yo en gracia de Dios?
¿hay en mi conciencia algún pecado que me cause remordimiento?

Día 4 María fue nuestra Corredentora.
Yo soy cristiano,
pero, ¿corresponden mis obras a la dignidad de cristiano y redimido por Jesús y María?

Día 5 María fue Santa y Santísima.
Yo soy un pobre pecador, aunque esta afirmación repugne a mi amor propio.
Lo reconozco y me humillo ante Dios.

Día 6 María hace las paces entre Dios ofendido y el hombre pecador.
Debo ser agradecido por ello.
Si hoy muriese, ¿sería Jesús mi Hermano o mi Juez?

Día 7 María nos ama, porque sabe que nos ama Dios.
Muchas veces digo que amo a María.
Pero si la amo, ¿por qué peco?

Día 8 María es Madre de Dios.
Esta dignidad, casi infinita, la coloca por encima de todos los Ángeles y Santos. Grande es por tanto su poder.
¿La invoco y la venero debidamente?

Día 9 María es Madre nuestra
Así lo quiso Jesús al expirar en la cruz. Ella nos ama como a hijos suyos.
¿Soy yo digno de tal Madre?

Día 10 María es modelo de toda virtud
¿Pueden los demás edificarse con mis buenos ejemplos?. Si no la imito, ¿Cómo puedo decir que la amo?

Día 11 María era piadosa y devota
¿cumplo yo mis prácticas cristianas? ¿las dejo por respetos humanos o por motivos vanos?

Día 12 María era amable y respetuosa con todos
¿Cómo me porto con los de mi familia? ¿me hago repulsivo con mi mal genio reprimido?

Día 13 María era digna de toda veneración.
¿Procuro yo hacerme respetar con el cumplimiento exacto de mis deberes familiares y sociales?

Día 14 María, como su divino Hijo, hacía bien a todos.
Era la gran Bienhechora.
¿Procuro hacer bien a los demás? ¿doy limosna a los necesitados?

Día 15 María es la Reina de cielos y tierra, porque es Madre de Dios. Inmenso es su poder. Yo también, con su auxilio seré poderoso para vencer las tentaciones, por fuertes que éstas sean.

Día 16 María es nuestra abogada
Ella intercede por nosotros. ¿quién no confiará en Ella? ¿Qué podemos temer con tal intercesora?. Acudamos a Ella confiadamente.

Día 17 María es misericordiosa.
Se compadece de nuestras miserias; y tanto más se compadece cuando mayores son las miserias de los que la invocan.

Día 18 María es refugio de pecadores. 
¿quién más miserable que el que está en pecado? ¿quién más digno de compasión que el que está en peligro cierto de caer en el infierno?

Día 19 María era humilde.
Con su ejemplo nos enseña a reprimir los ímpetus de nuestro orgullo. ¿Eres de aquellos que se hacen antipáticos por su soberbia?

Día 20 María era casta y pura.
Su vida contrasta radicalmente con la depravación de costumbres de nuestros días. ¿Te afea alguna salpicadura de vicio impuro?

Día 21 María era pobre,
a pesar de ser descendiente de reyes. ¿Tienes apegado el corazón al dinero? ¡cuántos imitan a Judas por un puñado de oro que tendrán que dejar un día!

Día 22 María guardó fidelidad 
a Dios y a los hombres. Guarda tú perfecta fidelidad en tu estado, en tu profesión y oficio. Que la conciencia no tenga que reprocharte nada.

Día 23 María era pacífica. 
Hay caracteres que ni tienen paz consigo mismos ni la dejan tener a otros. ¡Qué poco imitan esos tales la paz y la tranquilidad que reinaba en la casa de Nazaret!

Día 24 María era modesta,
y todos cuantos la miraban se sentían mejorados en su espíritu. La falta de modestia sólo puede agradar a los seres moralmente degenerados.

Día 25 María padeció mucho.
Ella sí que sabe lo que es padecer. Y te enseña también a saber sufrir las penas de esta vida con resignación y paciencia.

Día 26 María es nuestra defensa
contra todos los ataques de nuestros enemigos espirituales, contra todos los incentivos del mundo, contra toda tentación.

Día 27 María es estrella del mar
porque nos guía en nuestras dudas y peligros. ¡Dichoso quien pone su salvación en manos de María!

Día 28 María es ciudad de refugio, 
a quien podemos acudir para librarnos de la justa indignación de Dios a causa de los pecados cometidos. Encomendémonos a Ella.

Día 29 María será nuestra consoladora
en la hora de nuestra última agonía y no dejará perecer a ninguno de sus devotos. ¡Qué confianza ha de inspirarnos Ella!

Día 30 María es la puerta del Cielo.
Por Ella entraremos en la posesión de nuestra eterna felicidad. ¡qué seguridad es entrar en el Cielo acompañados de María!

Día 31 María es Medianera de todas las gracias. 
Dios pudo concedernos sus gracias sin María; pero ha determinado no concederlas sino por su intercesión. Pidámoslo todo por Ella.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

Dulce Corazón de María, sed la salvación mía.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

La Virgen María ha prometido a muchos santos que quién rece diariamente tres Avemarías tendrá su auxilio durante la vida y muy especialmente en la hora de la muerte para morir en la amistad de Dios.

La Iglesia ha recomendado siempre el rezo de las tres Avemarías como medio eficacísimo de asegurar nuestra salvación.