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miércoles, 20 de marzo de 2024

36° MEDITACIÓN DE CUARESMA

MIÉRCOLES DE LA V  SEMANA DE CUARESMA

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día. 

MIÉRCOLES DE LA V SEMANA DE CUARESMA 

ES JESÚS CRUCIFICADO 

1.- Y le dieron a beber vino mezclado con hiel. Y habiéndolo gustado no quiso beberlo (1). Hiel dan a beber a la dulzura de los corazones. Gústalo, para atormentar su paladar. No quiso beberlo, por no llenar de él aquellas entrañas, que no son sino de misericordia. El mundo da vino; pero nunca puro. Mezcla con hiel lo mismo con que deleita. ¡Ah! No lo bebas; porque: En el fin morderá como culebra (2). No bebe el vino porque está mezclado con hiel. Desagradan las cosas mejores, porque están mezcladas con otras muy malas. La mala intención echa a perder obras muy buenas. Haz estas de tal modo, que nada las mezcles de tedio, de hipocresía, de conveniencia o amor propio. 

2.- Allí le crucificaron (3). 1º. San Ambrosio dice: Sube desnudo a la cruz. Allí debe subir el que quiere vencer al mundo, que no busque ayudas del siglo. Nada trajo al mundo: nada lleva de él el pobrísimo Jesús. No ama la cruz el que no ama la pobreza; porque en ella ninguno pende dignamente, sino el desnudo. 2º. Considera la violencia con que le estiran los pies y las manos, el dolor por el traspasar de los clavos. Y tú sufre ser llevado de la obediencia al lugar, al oficio, aunque te sea penoso y difícil. Tú, cristiano, déjate llevar si quiera de Dios a la cruz de los trabajos y penas que te envía. Caréala con la suya, y mira si es más penosa. Deja que te enclave consigo para estar firme en su servicio, y dile: Enclava con tu temor mis carnes (4). 3º. Piensa que Cristo dio gracias al eterno Padre por verse ya en aquella hora en que había de consumar su obra. Que se ofreció a sí en sacrificio por los pecados del mundo, y determinadamente por los tuyos. ¿Con qué has de corresponder, pues a amor tan grande, con que te amó y se entregó a sí mismo por ti? 

3.- Y con él otros dos a los lados, y en medio a Jesús (5). Esto tiraba a causarle más ignominia, para que fuese tenido por peor que los peores ladrones. Considera tres géneros de crucificados: uno pésimo, otro convertido, otro la misma inocencia e Hijo de Dios. Alguna vez les viene su cruz tanto a los justos como a los injustos. No quieras ser crucificado como ladrón, o dar motivo para ser puesto en la cruz por tus maldades. No quieras ser puesto en ella violentamente, y así sin mérito. Crucifícate con Cristo voluntariamente, con gozo, y por obediencia. 

(1) Matth., 27. (2) Prov., 23. (3) Luc., 23. (4) Psalm., 118. (5) Joan., 19. 

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

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