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jueves, 14 de marzo de 2024

30° MEDITACIÓN DE CUARESMA

JUEVES LA IV SEMANA DE CUARESMA

ORACIÓN PARA COMENZAR  TODOS LOS DÍAS: 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:  

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.  Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”  

JUEVES DE LA IV SEMANA DE CUARESMA 

CRISTO ES AZOTADO 

1.- Entonces, pues, tomo Pilatos a Jesús y le azotó (1). Concibe la crueldad de este castigo, por la complexión de cuerpo tan delicado, por el peso y puntas de los azotes, por la fiereza de los verdugos y numero de los golpes. Pero excedía a todos los tormentos la confusión para la desnudez del castísimo Jesús. Ten compasión de Cristo, deshecho y despedazado. Reconoce ser tú la causa de esto; porque: Sobre sus espaldas fabricaron los pecadores (2). Aprende a someterte con gusto a la mano de Dios cuando te hiere, pues por ti se puso gustosamente en las manos de los sayones; y di con Él: Aparejado estoy para los azotes (3). Tomó Pilatos a Jesús, y le azotó. Pondera las principales virtudes que mostró Cristo en sus azotes. 1º. Un eximio amor nuestro; pues recibió en sí los muchos azotes del pecador (4), que eran los que nosotros merecimos. Prueba tú el amor que le tienes, con cosas así dolorosas, y tan duras. 2º. La humildad por la vileza del castigo, que era solo propio de esclavos. Por esto dijo Isaías: le vimos despreciado y el más ínfimo de los hombres. (5)Toma la medida a tu humildad para ver si llega a lo más bajo que puede. 3º. Una invencible fortaleza; pues como dijo san Lorenzo Justiniano: Estuvo como un gigante imperturbable. ¿Cómo estás tú en las adversidades? Tertuliano dice (6): Semejante paciencia no pudiera tenerla alguno de los hombres. ¿Cómo te portas tú al leve golpe de una sola palabrilla? San Ambrosio dice (7): Provocado con calumnias mantuvo un triunfal silencio. ¿Puedes acaso tu callar también? 4º. Una alegre conformidad de su voluntad con la divina. Rompiste mi saco, y me rodeaste de alegría (8). 

2.- Y le mando azotar. Considera lo que refiere san Agustín (9), que movido uno de los presentes de la crueldad de tal suplicio, exclamó a los demás. ¿Por ventura le queréis matar antes de sentenciarle? y corto las prisiones con que el Señor estaba atado a la columna; y que luego cayó en el suelo, envuelto en su propia sangre. Llégate tú, y recoge de su seno la sangre, para que no sea más pisada de tus pies ni de los ajenos. Y considerando tú a Jesús azotado por ti, no quieras tratar a tu cuerpo suave y delicadamente. 

(1) Joan.,19.  (2) Ps. ,128.  (3) Ps. 37.  (4) Ps. 31.  (5) Is.,53.  (6) Lib. de Pat., cap. 3. (7) Serm. 17,  in Psalm. 118.  (8) Psalm. 29.  (9) Serm.de Pass

ORACIÓN PARA FINALIZAR  TODOS LOS DÍAS: 

INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS  EN SU PASIÓN. Santa Margarita María de Alacoque:

Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme. 

  • Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí. 
  • Jesús, calumniado y perseguido. 
  • Jesús, abandonado de los hombres y tentado. 
  • Jesús, entregado y vendido a vil precio. 
  • Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente. 
  • Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia. 
  • Jesús, abofeteado y burlado. 
  • Jesús, arrastrado con la soga al cuello. 
  • Jesús, azotado hasta la sangre. 
  • Jesús, pospuesto a Barrabas. 
  • Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión. 
  • Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo. 
  • Jesús, triste hasta la muerte. 
  • Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones. 
  • Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres. 
  • Jesús, abrumado de toda clase de dolores. 

¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica. 

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