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viernes, 8 de junio de 2018

MES DEL CORAZÓN DE JESÚS

PARA REZAR ESTE MES DE JUNIO


En los momentos de sufrimiento más agudo, el Padre Pío saboreaba delicias indescriptibles que tenían, como única fuente, el Corazón Sacratísimo de Jesús.
En relación a esto, escribía al padre Benedicto de San Marco in Lamis: «Jesús no deja, de cuando en cuando, de endulzar mis sufrimientos de otro modo: hablándome al corazón. Oh sí, padre mío, ¡qué bueno es Jesús conmigo! Qué momentos tan preciosos son éstos; es una felicidad que no sé a qué compararla; es una felicidad que el Señor me hace gustar casi exclusivamente en los sufrimientos. En estos momentos, más que en ningún otro, todo lo del mundo me hastía y me pesa, nada deseo fuera de amar y sufrir. Sí, padre mío, también en medio de tantos sufrimientos soy feliz, porque me parece sentir que mi corazón palpita con el de Jesús» (Epist. I,197).

Especialmente para rezar en el mes de Junio:

Por la señal de la santa cruz…



Oración preparatoria:

Dios mío, me postro ante vuestra soberana presencia; yo os adoro en unión de vuestro Santísimo Hijo y deseo unir mi corazón al suyo, para ofreceros una oración pura y agradable a vuestros divinos ojos. Y Vos, Virgen Santísima, Angel de mi guarda y santos de mi devoción, interceded por mí, a fin de que pueda meditar las excelencias del amor de Cristo. Amén.

Deprecaciones:

Oh Corazón amorosísimo de Jesús, por vuestra herida preciosa, abierta para dar paso a las llamas de vuestro inmenso amor, haced que el incendio de la caridad purifique nuestros corazones de la inmundicia del pecado. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Oh Corazón sacratísimo de Jesús, por vuestra corona de espinas que os atormentó con las puntas crueles de nuestros pecados, alcanzadnos un santo y sincero arrepentimiento de nuestras culpas. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Oh Corazón dulcísimo de Jesús, por vuestra cruz, plantada como árbol frondoso alimentado por la sangre divina, signo de vuestro ardiente deseo de ser crucificado, concedednos una entera resignación a los designios de la Providencia Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Acto de Consagración:

¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús, Rey de amor! Por mediación de vuestra Madre y Madre mía la Santísima Virgen María, acepto muy gustoso el pacto que Vos me proponéis de cuidar Vos de mí y de mis cosas y cuidar yo de Vos y de vuestra gloria.

Todo lo mío lo pongo en vuestras manos: mi familia, negocios, y ocupaciones todas; mi cuerpo con sus sentidos, salud y vida; mi alma con sus potencias, virtudes y méritos; mi propia salvación y santificación. Cuidad Vos de mí.

Yo en cambio cuidaré de Vos: de glorificaros cuanto pueda. Os prometo contribuir con comuniones, misas, rosarios, oraciones y jaculatorias; con la paciencia en sufrir las cruces ordinarias de la vida con el fiel cumplimiento de las obligaciones de mi estado; con la propaganda, con el ejemplo, de palabra y por escrito, a daros toda gloria y reparación que me sea posible. Quiero extender por todo el mundo vuestro Reinado de Amor. Hacedme perfectísimo amante y apóstol de vuestro amantísimo Corazón.

Amén.

Todo sea por Vos, Corazón sacratísimo de Jesús

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Corazón de María sed nuestra salvación.