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martes, 11 de abril de 2017

X ESTACIÓN. JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

X – ESTACION: Jesús es despojado de sus vestiduras 
Te adoramos Cristo y te bendecimos porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo 
Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suerte a ver que se llevaba cada uno (Mc 15,24) Es enorme la distancia que separa al Crucificado de sus verdugos. El mezquino interés por sus vestidos no les permite conocer el significado del cuerpo inerme, despreciado, escarnecido y atormentado en el cual está la divina voluntad de salvación de la humanidad entera. Aquel cuerpo que el Padre ha “preparado” para el Hijo (cfr Sal 40,7) ahora expresa el amor del Hijo hacia el Padre y el regalo  total de Jesús a la humanidad. Aquel cuerpo despojado de todo, salvo del amor encierra en si el dolor inmenso de la humanidad y narra toda su herida, sobre todo los más dolorosos: las heridas de los niños profanados en su intimidad. Aquel cuerpo mudo y sangrante, flagelado y humillado, indica el camino de la justicia. La justicia de Dios que transforma el sufrimiento más atroz en la luz de la resurrección. 
Señor Jesús, quiero presentarte a toda la humanidad sufriente. Los cuerpos de hombres y mujeres, de niños y ancianos, de enfermos y de incapacitados no respetados en su dignidad. Cuanta violencia a lo largo de la historia de esta humanidad han golpeado aquello que el hombre posee más suyo, algo sagrado y bendito porque viene de Dios. Te rogamos, Señor, por el que ha sido violado en su intimidad, por el que no comprende el misterio de su cuerpo, por cualquier persona que no acepta o desfigura la belleza, por el que no respeta la debilidad y la sacralidad del cuerpo que envejece y muere.  Y que un día nuevamente se levantará. 
Por todos los niños.
Ave María

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